Las elecciones municipales se acercan y la tensión política se palpa en el ambiente. En este contexto, el cierre de campaña de Bajú se destaca por su mensaje contundente y directo, un llamado a la participación ciudadana para construir un Concejo Deliberante que realmente represente los intereses de la comunidad. Su discurso, lejos de las promesas vacías, se centra en la crítica a la falta de control y debate en el actual órgano legislativo, y propone una alternativa basada en la transparencia, la participación y el contrapeso al poder ejecutivo.
Bajú denuncia, sin ambages, la situación actual del Concejo como un ente «obsecuente» al oficialismo. Esta acusación, respaldada por la afirmación de que «cuando el concejo es mayoría oficialista no hay reclamos, no se controla, el concejo parece una oficina administrativa del municipio», es una crítica severa al funcionamiento del poder local. Implícitamente, se acusa al oficialismo de utilizar el Concejo como un mero instrumento para aprobar medidas sin debate ni oposición significativa, dejando de lado las necesidades y demandas de la ciudadanía. Esta falta de control, según Bajú, permite que el poder ejecutivo opere sin la fiscalización necesaria, perjudicando potencialmente el desarrollo y bienestar de la comunidad.
La propuesta de Bajú se presenta como una alternativa radical a esta situación. No se limita a promesas generales de buen gobierno, sino que define concretamente el rol que el Concejo debería desempeñar: un espacio de debate abierto, donde se alcen las voces de la ciudadanía, se discutan las demandas de la población y se marquen las diferencias con el poder ejecutivo. El énfasis en los verbos «reclamar», «exigir» y «controlar» refleja la intención de construir un Concejo Deliberante activo, que no se limite a aprobar leyes sino que actúe como un contrapeso al poder del intendente, velando por los intereses de la comunidad.
El mensaje de Bajú es, por lo tanto, un llamado a la responsabilidad ciudadana. No se trata simplemente de votar, sino de votar conscientemente por un Concejo que trabaje para la gente, que ejerza su función de control y que represente las demandas de la comunidad. La frase final, «Le pedimos a la gente que el domingo vaya a votar por un concejo que trabaje para la gente. El intendente ya tiene su gabinete, en el concejo se necesita debate, diferencias, control, reclamo», resume la esencia de su propuesta: un Concejo independiente, activo y comprometido con la participación ciudadana, en contraposición a un Concejo pasivo y subordinado al poder ejecutivo.
En conclusión, el cierre de campaña de Bajú no se limita a una simple arenga electoral. Constituye un análisis crítico de la situación actual del Concejo Deliberante, una propuesta concreta para su transformación y un llamado a la participación ciudadana para construir un gobierno local más transparente, participativo y representativo. La efectividad de este mensaje dependerá, por supuesto, de la respuesta de la ciudadanía y de su capacidad para movilizar el voto en favor de un cambio en la dinámica del poder local. La campaña de Bajú ha planteado un debate crucial sobre el rol del Concejo y la importancia de la participación ciudadana en la construcción de una democracia local sólida y efectiva. El éxito de su propuesta dependerá de la capacidad de la ciudadanía de discernir entre un Concejo que funciona como una oficina administrativa y uno que realmente represente sus intereses.